lunes, 1 de marzo de 2010

Las fritziones sociales

Si se toma a la lengua afilada para la sátira de Eminem y se la coloca en un personaje cómico y extravagante como Günther, y se le agrega luego una pizca de la mirada cínica de Gainsbourg y las poses snobs de Lagerfeld, es muy probable que se consiga a un Helmut Fritz. 
En abril del año pasado una canción llamada “Ça m’énerve” tomó por asalto los rankings musicales del Hexágono, y trepó hasta alcanzar la mismísima cima. Su creador es Laurent Konrad, un importante DJ francés. Sin embargo no es el autor sino el intérprete quien ha conseguido toda la atención por la obra: Helmut Fritz, un noble alemán y millonario, aburrido de la frivolidad del París burgués, hastiado de la vida banal de la Europa moderna, irritado por las costumbres más chics de la sociedad francesa, ha devenido un personaje de lo más entretenido para los medios de comunicación.
En realidad Helmut Fritz es una invención. Quien está detrás no es ni alemán ni aristócrata, sino un artista francés llamado Éric Greff. Así, mientras Fritz habla en serio, Greff ironiza (por lo que habla más seriamente aún). Fritz –en Paris Match– dice que su canción es “comprometida”, pues denuncia como la gente selecta es condescendiente con la gente del pueblo; por su parte, Greff –en Télé 7 Jours– sostiene que la canción no tiene nada de política (no es un esfuerzo para reflejar las frustraciones de la clase media) sino que lo que él hace no es más que burlarse de la cultura del “branding” y del consumo ciego y febril. Ese juego de realidad y ficción convierte a Fritz/Greff en un pariente lejano de Brüno/Baron Cohen.
En “Ça m’énerve”, al igual que en su otro hit “Miss France”, son las muchachas en flor las que se llevan la peor parte: Fritz les critica que beban esas (horrendas) champañas rosadas, que usen ese (ordinario) brillo labial, que se vistan con esos (asfixiantes) jeans de talla mínima, o que buscando salir en Vogue o Marie Claire terminen en Entrevue (como fue el reciente caso de Kelly Bochenko o anteriormente el de Valérie Bègue, evento que terminó por ser interpretado políticamente y movilizó a las autoridades de Reunión, una isla ubicada en el océano Índico de donde es ella oriunda, cuando quisieron sacarle el título de ganadora).
La facilidad de Fritz para citar marcas famosas y de moda en París (marcas como Costes, Ladurée, Zadig & Voltaire, Jimmy Choo, etc.) es una práctica que muchos han cultivado en su momento (por ejemplo Gainsbourg, a quien hemos evocado al principio, mencionó en sus canciones a Kawasaki, Gitanes, Remington, etc.), pero quien lo hizo como ningún otro fue Balzac, quien –apremiado siempre por su situación económica– mencionaba marcas en sus escritos a modo de publicidad paga. La paga de Fritz, sin embargo, parece ser el éxito.
Ursula Bretzel, una cantante alemana, ha hecho a su vez una parodia de la sátira. La canción se llama “Ça m’excite”. 

Video de “Ça m’énerve”:


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