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sábado, 22 de agosto de 2015

El arte de ahogarse entre clichés

Izïa Higelin heredó de Jacques, su padre, tanto el gusto por la música como el apellido famoso que le permitió penetrar en la escena de la música francesa contemporánea sin esforzarse demasiado. Izia (2009) y So much trouble (2011), es decir sus dos primeros álbumes, resultaron simpáticos, más allá de que en realidad no le aportasen nada nuevo al rock francés. Muchos señalaron que, por su empuje y por su energía en vivo, la muchacha parecía una émula de Janis Joplin. Y como hacer una carrera reflejándose en la imagen de otro no es muy recomendable para alguien con grandes aspiraciones, todos sus seguidores, esperanzados, se sentaron a observar como evolucionaba su personalidad, como quien mira a una oruga transformarse en mariposa.

domingo, 30 de noviembre de 2014

Cuando dos se vuelven una

Brigitte es, hoy por hoy, lo más brillante y lo más atípico de la escena indie pop de Francia. Este dúo formado por Sylvie Hoarau y Aurélie Saada editó su primer disco Et vous, tu m’aimes ? hace tres años, y desde entonces no ha cesado de endulzar escenarios con su propuesta musical retro pop electrónica y su simpática imagen hippie chic.

Et vous, tu m’aimes ? fue una obra muy poderosa, mediante la cual sus autoras, con total desinhibición, exploraron un buen número de posibilidades sonoras, reinventaron viejas canciones y derrocharon todo su encanto para armar juegos de palabras y contar historias divertidas, tiernas y a veces cínicas. Por ende el disco debe ser entendido más como la culminación de un aprendizaje que como el inicio de una experiencia (Encore, un álbum de covers que salió a la venta en 2012, vendría a ser una suerte de anexo bibliográfico de Et vous, tu m’aimes ?, pues la obra es algo así como un oblicuo homenaje a sus influencias –ABBA, Madonna, Donna Summer, Michael Jackson, Mylène Farmer, etc.– a través de reversiones lúdicas de canciones de Serge Gainsbourg, Johnny Hallyday, George Michael y Metronomy entre otros).

Ahora acaban de editar A bouche que veux-tu, un álbum que, si bien no cambia el rumbo de la banda, las lleva un paso más allá de donde se detuvieron la última vez. Ello se evidencia por ejemplo en el cambio de apariencia: Sylvie Hoarau ya no es la morocha con los anteojos enormes que parecía una versión joven de Nana Mouskouri, y Aurélie Saada ha dejado de ser la rubia atrevida que era fácil de confundir con una Kate Moss de entrecasa; por el contrario parece que ahora han decidido jugar con el devenir gemelas, algo que no es sólo una cuestión visual, sino también sonora, ya que el nivel de armonización de ambas voces que se aprecia en las canciones de esta nueva obra es una de las cosas que más agradecerá el público.  

sábado, 11 de junio de 2011

Presencia total del corazón

La belga Axelle Red es, sin lugar a dudas, uno de los mayores referentes actuales del soul en lengua francesa. Su confesada admiración por Aretha Franklin da prueba de ello. Sin embargo su universo musical no se limita a ese género. Su último disco, Un coeur comme le mien, lo deja bien en claro: melodías desarrolladas a partir del blues, del country, del rock y del R&B acompañan esta vez a la meliflua voz de la cantante.  

Entre los autores y co-autores de las canciones que Red interpreta en este álbum de madurez se encuentran nada más y nada menos que el veterano Gérard Manset, el prolífico Christophe Miossec y el talentoso Florent Marchet, lo que significa tres generaciones de artistas reunidas en un trabajo común.

Un coeur comme le mien prolonga la coherencia con la que Axelle Red viene trabajando desde hace una década. En 1999 la cantante editó Toujours moi, su tercer disco de estudio (los dos anteriores habían sido Sans plus attendre de 1993 –obra que contenía los hits “Sensualité” y “Le monde tourne mal”– y À tâtons de 1996, pues Con sólo pensarlo de 1998 no debe ser contado en esa categoría, ya que el álbum no era más que una antología de sus mejores canciones traducidas al español); en ese mismo año de 1999, Red fue consagrada como “Mejor cantante femenina” en los premios Victoires de la musique, que son algo así como el mejor instrumento para medir el reconocimiento popular de los músicos en Francia. A partir de allí, es decir tras haber disfrutado del éxito profesional y después de haber experimentado la fama internacional, la artista se volcó hacia la militancia activa en el campo de los derechos humanos. La famosa canción “Manhattan-Kaboul” grabada a dúo con el siempre politizado Renaud (el equivalente francés de Chicho Sánchez Ferlosio, León Gieco, Víctor Jara o José de Molina) marcó un antes y un después en su carrera.

Si bien ella es hija de un político liberal flamenco de larga trayectoria, decidió no seguir el mismo camino de su padre. Por tanto su compromiso político lo asumió, por una parte, a través de su arte (Red ha denunciado a las innumerables injusticias del mundo en muchas de sus canciones, pero sin caer en la vulgaridad de la frontalidad o de la propaganda, y manteniendo siempre un optimismo envidiable), y, por otra parte, ha regalado mucho de su tiempo para colaborar con misiones humanitarias, eventos solidarios y proyectos de desarrollo social en Asia, África y América. 

El primer corte de difusión de Un coeur comme le mien es “La Claque”, una canción que tiene un eco a “Hide your heart” de Bonnie Tyler –un tema que fuese compuesto por Paul Stanley, el guitarrista de Kiss– y que tiene un video excelente en el que se ve a Axelle Red bailando como si fuese una suerte de mezcla entre Dominique Bagouet, Janis Joplin y Mick Jagger. 

Video





sábado, 12 de marzo de 2011

Les Enfoirés 2011

La edición de 2011 del festival solidario a beneficio de la ONG Les restos du coeur fue todo un éxito. Este año se la tituló “Dans l’œil des Enfoirés” y contó con el siempre nutrido número de artistas que habitualmente colaboran con el espectáculo. La ausencia de artistas que, según se estimaba, participarían en el festival (como Renaud, Michel Sardou, Julien Clerc, Bénabar, Calogero, Lucenzo, etc) no opacó a los que si se hicieron presentes sobre el escenario del Arena Montpellier.


Entre la lista de canciones de Dans l’œil des Enfoirés se incluye una versión de “Comme des enfantsde Coeur de Pirate cantada sobre un carrusel por Patrick Fiori, la canadiense Natasha St-Pier, Jenifer y Alizée, una versión de “La montagne” de Jean Ferrat interpretada por Jean-Louis Aubert, Jean-Jacques Goldman, Thomas Dutronc y la cantante Zaz, y una versión de “Octobre” de Francis Cabrel a cargo de Christophe Maé, el histórico Serge Lama, la belga Maurane y Hélène Ségara.

El popurrí más simpático de la ocasión es uno que se titula “Je veux” que empieza con la cantante Patricia Kaas, la actriz Michèle Laroque y el tenista retirado Yannick Noah apropiándose de “Je veux” de Zaz, para luego dejarle el paso a Zazie y a Thomas Dutronc quienes, respectivamente, interpretan “J’veux du cuir” de Alain Souchon y “Je ne veux pas travailler” de Edith Piaf, y terminar después con el clásico “Tu veux ou tu veux pas” de Zanini (que es, en realidad, una adaptación de la canción brasileña “Nem vem que não tem” del “informante” Wilson Simonal) bajo la responsabilidad de Serge Lama, del gales Michael Jones y de Maxime Le Forestier.

Lo que resultó curioso este año fue que, para singularizar el evento, se usó un Ojo de Horus encerrado entre el logo de Les Restos de Coeur, el cual formaba una suerte de pirámide (similar a la que aparece al dorso de los billetes de 1 dólar) aunque, claro, invertida. Si bien en la Edad Media el ojo dentro de un triángulo era una forma -poco usual- de representar a la Trinidad cristiana, a dicho símbolo se lo asocia en nuestro días fundamentalmente a la masonería. Francia es un país que, actualmente, tiene alrededor de cuarenta mil masones declarados, y posee también una cifra similar de masones no declarados, por lo que a más de uno todo el asunto de la recaudación de fondos y el empleo de una fuerza de artistas pluriétnica y multicultural le resultó sospechoso. Y el hecho de que todos sobre el escenario hayan optado por "enmarcar" su ojo izquierdo con sus dedos pulgar e índice para demostrar su adhesión a la causa de Les Enfoirés sólo robusteció la acusación (en la transmisión de TF1 se puede ver, de hecho, que Maurice Benguigui -más conocido como "Patrick Bruel"-, sonriente, fue el único que insistió con ese gesto todo lo que pudo).

Que hubo una utilización de la simbología illuminati es un hecho innegable, ahora bien que ello haya sido una mala decisión de algún "creativo" a cargo del espectáculo o que haya sido algo precalculado es otra discusión. A Lady Gaga y a Alan Parsons Project también se les señaló esa cuestión en su momento.

La canción que este año sirve como elemento de apertura es una reescritura del clásico “J’ai demandé à la lune” –de ese enorme grupo de rock francés que es Indochine– titulada, en consonancia con el espíritu de Les Enfoirés, “On demande pas la lune”.

Video*:



* Los artistas del video son (por orden de aparición): Jenifer y Christophe Maé / Yannick Noah / Lorie / Amel Bent / Lââm / Jean-Jacques Goldman / Maxime Le Forestier / Christophe Willem / Mimie Mathy / Liane Foly / Nolwenn Leroy / Michèle Laroque / Renan Luce / Alizée / Patricia Kaas / Laurent Blanc (DT del seleccionado francés de fútbol) / Patrick Bruel / Hélène Ségara / Claire Keim / Zazie / Maurane / Pascal Obispo / Patrick Fiori / Tina Arena / Gérard Jugnot / Zaz / Alain Bernard (nadador, medallista olímpico en 2008) / Michael Jones / Sébastien Loeb (corredor de autos) / Thomas Dutronc / Jean-Louis Aubert / Serge Lama / Grégoire / Kad Merad / Natasha St-Pier / Fabien Gilot y Camille Lacourt (nadadores) / Jean-Baptiste Maunier / MC Solaar / Amaury Leveaux (nadador)

jueves, 20 de mayo de 2010

Dama Camélia

En Francia se emite desde hace varios años un programa de televisión llamado “Nouvelle Star”, que es la adaptación vernácula del exitosísimo formato del Pop Idol inglés. Cada temporada desde ese espacio televisivo se promueve una camada de nuevos cantantes que irrumpen con algo de ruido en la escena musical francesa; sin embargo el éxito de la mayoría de ellos no perdura, y su carrera termina eclipsándose frente a los artistas más consolidados. De todos modos siempre hay un puñado de jóvenes que sobresalen por su talento y consiguen hacerse un lugar en el universo musical francés. Tal es el caso de Camélia Jordana.

Esta cantante nacida en 1990 es descendiente de argelinos. En Nouvelle Star ganó mucha popularidad gracias a su voz magnífica y a su peculiar look: aparecía con unos anteojos de marco muy grueso, como una especie de Nana Mouskouri del siglo XXI. Durante las emisiones del show tuvo la oportunidad de interpretar convincentemente algunos clásicos del rock y del pop anglosajón (como “Heart of glass” de Blondie o “Paint It, Black” de The Rolling Stones) y apropiarse de algunos hits más contemporáneos (como “Foundations” de Kate Nash y “Anyone else but you” de The Moldy Peaches), pero sin dudas su momento consagratorio fue cuando cantó “Quelqu'un m'a dit” de Carla Bruni.

La repercusión de su participación en el popular programa de televisión le facilitó la posibilidad de registrar su primer disco, al que bautizó “Camélia Jordana”. La obra promete más de lo que concreta, pero aún así no es un álbum olvidable. El primer single de difusión, muy jovial y de fácil digestión, es “Non non non (écouter Barbara)”, una especie de yé-yé aggiornado. Otras canciones como “La vie en solitaire” y “Mois du août” no se alejan tanto del seguro terreno del pop, pero le advierten al público sobre la posibilidad que Camélia Jordana tiene de explotar otras vetas. Asimismo también son rescatables piezas como “Moi c'est” –que se destaca por su nítidez interpretativa–, o “Je pars” y “Lettera” –ambas de expresión sincera e inocente. Y no se puede obviar el duelo/homenaje a Alain Bashung a través de “Calamity Jane”, o el eco de Patricia Klass (la casi Marianne del año 2000) que se percibe en “J’étais une fille”.

Aunque la mayoría de su público aún lea con más entusiasmo Jeune et Jolie antes que Les Inrocks, ello no es motivo para desilusionarse. Lo que este disco debut deja después de escucharlo es la sensación de que Camélia Jordana es una excelente intérprete y, a su vez, un proyecto muy interesante de cantante futura. Si bien ella aún está bastante lejos de alcanzar el estatuto legendario de una Juliette Gréco, al menos ha ratificado su voluntad por afiliarse a esa tradición y asimilar esa herencia, al mismo tiempo que continuará rindiéndole un permanente y merecido tributo a Ella Fitzgerald en sus obras por venir.  

viernes, 19 de marzo de 2010

Les Enfoirés 2010

En 1989, por iniciativa de Véronique Colucci, se organizó un importante festival artístico con fines solidarios. Sobre el escenario se reunieron cinco grandes cantantes franceses, siendo uno de ellos el famoso cantautor Jean-Jacques Goldman, quien obró como presentador en aquella velada. El espectáculo fue bautizado como “Les Enfoirés” [“Los Culeados”]; el nombre aludía a una expresión que constantemente utilizaba Coluche (un famoso comediante llamado Michel Colucci) en sus rutinas humorísticas. Lo recaudado en aquella ocasión se donó a Les restos du coeur, una ONG –fundada por el propio Coluche– cuyo objetivo era el de entregar alimentos a quienes los necesitasen. Hoy, a 21 años de aquel evento, Les restos du coeur asiste a casi un millón de beneficiarios en toda Francia, y “Les Enfoirés” sigue realizándose una vez por año.


Los espectáculos solían realizarse habitulamente en un día determinado y llegaban a durar entre cuatro a ocho horas, pero en la actualidad el evento se extiende durante varios días, haciendo de ese modo más cortas a cada una de las sesiones de grabación. Unos días después de concluida la serie de recitales, una versión de dos horas o dos horas y media es transmitida en diferido por alguno de los canales más importantes de Francia (este año “Les Enfoirés” se vio, con un altísimo nivel de audiencia, a través de TF1). Sobre el escenario suceden cosas felizmente inesperadas: cantantes muy populares y actores reconocidos aparecen vestidos con extraños atuendos y peculiares disfraces (como los que usaba Coluche cuando actuaba) para interpretar divertidas coreografías, realizar sketchs humorísticos y entonar canciones –propias o ajenas– en versiones únicas. La idea es que todos los participantes renuncien por una jornada a sus imágenes públicas, entren por unas horas en el universo de Coluche, y se diviertan divirtiendo a una audiencia que les presta su atención y les dona algo de su dinero.

Este año “Les Enfoirés” produjeron La crise de nerfs, un CD y DVD cuyo sello distintivo es –al igual que el de todas las obras que nacen desde “Les Enfoirés”– las canciones cantadas entre varios artistas y los popurríes que encadenan piezas de diversas índoles. Así, entre las muchas canciones interpretadas durante el festival, se puede escuchar una versión de “Ça m’énerve” de Helmut Fritz cantada por los actores Gérard Jugnot y Kad Merad, y por reconocidos músicos como Patrick Fiori, Christophe Maé, Pascal Obispo y Jean-Louis Aubert. Este último, líder del extinto grupo rollinga Téléphone, también participa de una versión de “Les passantes” (canción de Georges Brassens) junto al legendario Julien Clerc, al histórico Francis Cabrel y al joven Christophe Willem. Otra canción interesante es “Parce que c’est toi” de la belga Axelle Red, interpretada por dos duplas: una joven (Grégoire y Natasha Saint-Pier) y otra experimentada (Patrick Bruel y Zazie, dos artistas que han estado en casi todas las ediciones del festival).

El popurrí más destacado es uno bautizado “Calamar Club” que, tras la introducción de Bénabar y Kad Merad, incluye covers de “I Gotta Feeling” (de Black Eyed Peas) por Zazie y Christophe Willem, “Womanizer” (de Britney Spears) por Alizée y Jenifer, “Fuck You” (de Lilly Allen) por Lorie y Natasha Saint-Pier, y “Paris Latino” (de Bandolero) por Thomas Dutronc y Claire Keim, entre otros.

Como siempre el disco se cierra con todos los participantes de “Les Enfoirés” subidos en escena cantando “La chanson des Restos”, el himno compuesto para el evento por el mismísimo Jean-Jacques Goldman, quien ostenta el record de haber participado de todas y cada una de las diversas ediciones de “Les Enfoirés”.

El tema de difusión de esta edición se llama “Si l’on s’aimait, si”, cuya letra transmite el espíritu del festival utilizando la base musical de la canción “I was made for lovin’ you” del grupo norteamericano Kiss.

Video:

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