Muchas
veces resulta curioso constatar qué tan lejos están los mandarines que reseñan
y critican películas de la gente que va al cine a verlas. Estos personajes,
desde la prensa, pretenden ser los guías intelectuales del gran público, y por
ello aman las obras pretenciosas, comprometidas y aleccionadoras. La gente, en
cambio, disfruta poco con ese tipo de películas, y escogen en su lugar al mero espectáculo.
Esto
explica por qué Qu’est-ce qu’on a
fait au bon Dieu ? resultó ser una película incómoda para los críticos
cinematográficos, pero exitosísima entre los espectadores en el Hexágono.
Mientras unos trataban de develar el sentido de la historia politizando el
argumento, los otros reían sin prejuicios en las salas obscuras.
Qu’est-ce qu’on a fait au bon Dieu ? es –o al menos pretende
ser– una comedia anti-racista. Como la famosa Guess Who’s Coming to Dinner de 1967 en la que la nívea Katharine
Hepburn se compromete con el bruno Sidney Portier, esta obra de 2014 gira en
torno al tópico de los matrimonios interraciales. Los Verneuil, una pareja de
católicos provincianos, tienen cuatro hijas; las tres más grandes han escogidos
a sus compañeros de vida: un árabe musulmán, un judío sefardí y un chino
confucianista. Los Verneuil quieren que Laure, la hija más pequeña, eluda el
camino de sus hermanas y se junte con alguien como ella, por lo que intentan
emparejarla con un apuesto joven francés y católico. Sin embargo Laure ya tiene
novio: un actor católico llamado “Charles” (como el General de Gaulle). El único
problema es que el muchacho es negro, y su padre André es un racista antiblanco
que siente rencor por el colonialismo francés.
En esta película todos los
personajes son gentiles con todos, pero nadie puede evitar ser racista. Ahí está
el chiste: pese a que cada uno de los personajes representa el exotismo que
puebla los márgenes de Francia, todos ellos se toleran y se las arreglan para
convivir, más allá de ser muy diversos entre si. Sin embargo el problema de la Francia actual, el motivo
por el que es tan exitoso el Front National, es que la diversidad étnica está
sustituyendo a las poblaciones locales y alterando los modos de vida
tradicionales.
Qu’est-ce qu’on a fait au bon Dieu ? fue comparada por muchos
con Intouchables, otro éxito cinematográfico
francés. En esa película un negro aprende a cuidar a un blanco inválido, dando entender
que el futuro de la Francia
envejecida y decrépita son los inmigrantes. La gran diferencia entre ambas
obras es que el cuento de las mujeres que apuestan por el mestizaje utiliza un
humor “políticamente incorrecto”. En efecto, en Qu’est-ce qu’on a fait au bon Dieu ? los judíos son avaros, los
africanos son brutos, los chinos carecen de alma. Tan caricaturesco es el
resultado final que en los EEUU las distribuidoras se negaron a introducir a la
película al país, debido a que ese humor basado en estereotipos puede resultar
altamente ofensivo para el público local.
Ha sido Éric Zemmour quien ha explicado
el éxito de Qu’est-ce qu’on a fait au bon
Dieu ? señalando que lo que la película explota es la nostalgia: esa Francia
asimilacionista en donde las mujeres bien francesas enamoran a los hombres de
todo el globo ya no existe más; ahora hay inmigrantes importando sus
costumbres, su idioma, su religión, y convirtiendo al racismo y a la xenofobia
en un asunto poco divertido.
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