jueves, 1 de diciembre de 2016

El ogro y la dama

El tópico de la pareja despareja es un clásico de la novela rosa. La fantasía en la que dos mundos aparentemente diferentes se fusionan gracias al poder del amor es siempre satisfactoria para el lector, porque es algo que todo el mundo secretamente desea: que llegue el príncipe azul que nos ame y nos saque gratuitamente de la existencia monótona que cultivamos. 

Serge Joncourt, el ganador del Premio Interallié de este 2016, dio su versión sobre el tópico con la obra Repose-toi sur moi. Pero su creación presenta un giro: el príncipe azul no es un príncipe, sino un campesino, pues en este caso la de sangre azul es la mujer.

La novela se abre con la presentación de los personajes: ella, Aurore, es una hermosa mujer de cuatro décadas, que trabaja como diseñadora de ropa y tiene su propia empresa, y que es madre de dos hijos, pero tiene problemas maritales (pues su esposo, un estadounidense, tiene más interés por el dinero que por la familia); él, Ludovic, es un hombre alto y robusto, que jugó al rugby en su juventud y ahora se desempeña como cobrador extrajudicial de deudas, y que, si bien fue feliz viviendo en el campo y trabajando la tierra, se mudó a París luego de que su esposa enfermara y muriera a causa de los tóxicos pesticidas que empresarios inescrupulosos arrojan contra la naturaleza. Son el ogro -pero un ogro bueno- y la dama -pero una dama frívola. 

El inverosímil romance entre los dos personajes principales nace en un patio común que comparten los edificios en los que viven (el de él, un edificio viejo y derruido, el de ella, en cambio, un edificio renovado y moderno). Lo que genera el vínculo entre ambos es el temor contra los cuervos de la mujer y la valentía ante esas aves del hombre. Como el cuervo simboliza habitualmente el mal, Joncourt da a entender en esa escena que será Ludovic el que asuma el rol de protector de Aurore. 

Repose-toi sur moi es una novela larga, que cubre más de 400 páginas. Tras la aparición de los personajes, hay toda una trama de intrigas empresariales que en realidad no importa demasiado, ya que el objetivo del autor es desarrollar a los protagonistas. El efecto buscado es, creo yo, volverlos más sentimentales para que el lector empatice con ellos -algo que no sé si necesariamente se logra.

Al igual que otros maestros contemporáneos del género en Francia como Anna Gavalda, Jean-Paul Didierlaurent y Agnès Ledig, Joncourt repite cliché tras cliché de este tipo de historia de amor, pero aprovecha tanto espacio que crea con su prosa fluida y de fácil lectura para introducir algo de crítica social al mundo de dicotomías entre ricos y pobres que es la Europa de hoy. De todos modos ello no alcanza para que Repose-toi sur moi no sea algo convencional y anticipable.


Joncourt, Serge. Repose-toi sur moi. París: Flammarion. 21 

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