sábado, 5 de febrero de 2011

Dementia rugbystica

En Francia el rugby es un deporte que se sigue con mucho interés. Los aficionados viven los torneos de clubes nacionales y regionales con mucha pasión, y cuando el seleccionado del país tiene que jugar un test-match, miles de personas suspenden sus actividades y observan el juego con la esperanza de ver a su equipo imponerse ante cualquiera que sea su rival de ocasión.
Cabe aclarar que la modalidad más popular del rugby en Francia es la llamada “rugby union”, donde quince jugadores salen al terreno de juego; la otra modalidad que genera gran entusiasmo en el Hexágono, especialmente en el sur, es el “rugby league”, cuya característica más relevante es que los partidos se disputan con escuadras de trece rugbiers por bando. Muchos amantes del rugby suelen dividir su amor entre al menos un equipo de ambas federaciones, y del mismo modo suelen darse –aunque no constantemente– los traspasos de jugadores del rugby XV al XIII y viceversa.
Ahora bien, sea cual fuere la modalidad elegida para practicar este deporte, ningún jugador está exento de sufrir lesiones graves, especialmente las que dañan su salud cerebral. En efecto, al ser un deporte de contacto brusco, es muy común en el universo del rugby encontrar a gente que ha sufrido contusiones en el cerebro. El tema es motivo de investigación del neurólogo Jean-François Chermann, quien publicó recientemente el libro K-O, le dossier qui dérange.
En su obra, el doctor Chermann llama la atención sobre las lesiones cerebrales ocasionadas por prácticas deportivas, concentrándose particularmente en el ámbito del rugby.
Habitualmente se tiende a identificar a una lesión como “contusión cerebral” cuando, tras un golpe en la cabeza, una persona se desorienta y/o pierde el conocimiento. No obstante Chermann, recurriendo a las estadísticas, prueba que sólo una de cada diez personas pierde efectivamente el conocimiento al lesionarse el cerebro, y que sólo en el 27% de los casos de lesión de la masa encefálica se puede observar desorientación en el herido. El argumento central de K-O, le dossier qui dérange es que existen numerosísimos casos de contusión cerebral en el deporte que sin embargo no son debidamente tratados en su momento, lo que genera que días, semanas, meses y hasta años después los deportistas sufran las consecuencias, a veces de un modo muy grave.
Chermann habla de negligencia. Sostiene que la gran mayoría de los clubes incumplen con las normativas tendientes a proteger la salud de los deportistas, habilitando a los jugadores a volver a los terrenos de juego antes de tiempo, con el propósito de contar con el plantel completo para disputar un partido importante. En torno al fútbol americano –deporte que Chermann utiliza como punto de contraste evocando lo generado por el libro Head Games: football's concussion crisis de Christopher Nowinski– muchos profesionales de la medicina han llegado a la conclusión de que los diversos tipos de demencia y de depresión que muchos jugadores sufren durante sus carreras profesionales (o en los años posteriores a ellas) tienen su origen en lesiones sufridas en partidos o entrenamientos. Así Chermann sugiere que las federaciones de rugby en Francia deberían seguir el ejemplo norteamericano, dejar de pensar tanto en las recaudaciones e implementar un programa serio que sirva para la protección de quienes, profesional y amateurmente, corren detrás de la pelota ovalada.

* Chermann, Jean-François. K-O, le dossier qui dérange. Stock, París, 2010, 18,50 €

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