martes, 28 de octubre de 2014

Feu! Chatterton o el retorno de los poetas malditos

En una época como la nuestra en la que abundan los raperos y muchos incautos tienden a considerarlos como genios de la ironía y maestros de la lengua, es reconfortante encontrar gente que de hecho si ejerce ese sutil arte de lo irónico y que a la hora de escoger las palabras que cantarán se preocupan por contemplar tanto su sonoridad como su significado. Feu! Chatterton es el mejor ejemplo de ello.

Esta banda parisina ha resultado ser la revelación del actual semestre. Los cinco integrantes bien podrían estar apadrinados por Serge Gainsbourg o Alain Bashung, compositores que –como ellos– terminaron fascinados por la vida y obra de Thomas Chatterton, ese joven precoz que decidió terminar con su vida abruptamente después de haber embaucado a la Inglaterra de su época. (La palabra “feu” adelante de "Chatterton" en francés significa “difunto”.)

Lo más destacado de Feu! Chatterton es su poder interpretativo. El cantante es muy pintoresco, no sólo por su estilo de dandy de les années folles, sino también por su amor a los textos en francés, su esfuerzo por incluir alusiones culteranas, y su gusto por la sonoridad meditada de las palabras y por la construcción picaresca de frases maliciosamente polisémicas.

Musicalmente la banda constituye una formación sólida, evidentemente educada en el new wave y en el post-punk de Television y Noir Désir, pero con una gran capacidad e interés para aventurarse en el campo de la experimentación. Su estética oscila entre lo surrealista y lo libertino, en tanto que su imaginario es fundamentalmente cínico.

Feu! Chatterton, el primer EP de la banda, contiene apenas cuatro canciones. Ninguna de ellas desentona. "Côte Concorde" imagina cómo sería la experiencia de un sobreviviente del famoso naufragio, "La Malinche" emplea un aire andaluz para hablar sobre los celos y el calor, "À l’aube" es una canción sobre la juventud y "L’Heure Dense" puede ser leída como una fantasía acerca de una aventura nocturna entre el vapor y la droga. No se me ocurren excusas válidas para no escuchar el disco. 

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