A Journey into the Mind of [P.] es un documental europeo sobre Thomas Pynchon. Pynchon, como es sabido, es famoso tanto por su estilo de escritura como por su estilo de vida: profundamente influyente en el ámbito literario, el autor de Gravity's Rainbow vive en una suerte de estado de reclusión. Tranquilamente Pynchon podría viajar alrededor del mundo con todos los gastos pagos, dando conferencias y entrevistas, recibiendo galardones y agasajos, pero elige no hacerlo. Mucha gente quiere conocerlo más en detalle, penetrar en su intimidad y descubrir sus opiniones sobre los más variados temas, pero Pynchon se niega a prestarse a ello, limitándose a escribir y publicar libros y artículos que no son de fácil lectura.
A raíz de todo ello A Journey into the Mind of [P.] es una obra muy peculiar, pues si bien se presenta como un documental acerca de la vida y obra de Pynchon, en realidad termina siendo una película pynchoniana sobre la paranoia, el espionaje, el autoritarismo, lo secreto y lo siniestro.
Pues bien, Guillaume Nicloux se propuso hacer un documental sobre Michel Houellebecq pero terminó haciendo una obra parecida –al menos conceptualmente– a A Journey into the Mind of [P.]: en lugar de filmar al escritor y entrevistar a gente que lo conoce o que puede opinar autorizadamente sobre él, optó por armar una colección de diálogos en los que se reflejan muchos de los tópicos más frecuentados por el ganador del Goncourt de 2010, dando a entender que la obra vale más que el autor. Lo ingenioso en la empresa de Nicloux es que el director decidió desplegar el ideario e imaginario houellebecquiano de un modo frívolo, es decir explotando el recurso de lo cómico. El propio Michel Houellebecq –más adepto a las cámaras que Thomas Pynchon– se prestó para el experimento, convirtiéndose por tanto en actor protagónico de la película.
L’Enlèvement de Michel Houellebecq parte de la deformación de un hecho real: en 2011, el famoso escritor francés desapareció completamente por el lapso de una semana, cancelando abruptamente una serie de presentaciones mediáticas que debía realizar para promocionar la publicación de su novela La carte et le territoire en los Países Bajos; en aquel momento toda clase de rumores circularon en Francia sobre el asunto, muchos de los cuales sugerían que Houellebecq habría sido secuestrado por grupos afiliados al extremismo islámico, para ejecutar de ese modo una venganza en contra de alguien que no tiene demasiado aprecio por aquellos que leen el Corán. Obviamente Houellebecq no fue privado ilegítimamente de su libertad por nadie, ¿pero que tal si esa historia hubiese sido verdad? ¿Quiénes –excluyendo a los fanáticos religiosos de Oriente– podrían querer secuestrar a ese hombre? L’Enlèvement de Michel Houellebecq arriesga una hipótesis.
Los secuestradores de Houellebecq en la obra de Nicloux son personajes inverosímiles: tres hombres musculosos que no están muy seguros de para qué capturan al escritor. Quieren dinero, pero quizás el objetivo de estos sujetos no sea ese y si sea el mismo que el del director de la película: pasar un rato a solas con Houellebecq para charlar libremente con él.
Los secuestradores son unos idiotas, pero no tratan mal al escritor, sino todo lo contrario: le convidan cigarrillos, le dan de comer, beben unas copas y lo dejan hablar. Houellebecq también los escucha, pues aunque los maleantes son personajes que nada pueden opinar sobre literatura o filosofía, esa vida de preocupaciones triviales que ellos llevan le interesa al escritor (sus novelas lo atestiguan).
L’Enlèvement de Michel Houellebecq intenta parecer una película guionada por Woody Allen o por Larry David, llena de sinceras opiniones del famoso escritor francés acompañada de chistes bastante cáusticos sobre la actualidad de Francia. Hay un juego con lo absurdo y lo delirante que resulta muy sutil, lo que le da a la obra un aire de caricatura aunque realizada, claro, con personas de carnes y hueso en lugar de dibujos animados.
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