miércoles, 29 de noviembre de 2017

Modos de vestir la piel del mal

Así como el nazismo -algo extinto hace varias décadas- es una máquina que no deja de producir temas y escenarios para la fantasía literaria, así también presenta siempre un problema a la hora de escoger el tono para narrarlo. Y no me refiero a ese particular evento creado por el nazismo que fue el Holocausto (el cual se ha impuesto como sinécdoque obligada del tema y ha establecido casi por consenso universal un modo canónico para su abordaje), sino al nazismo mismo, es decir a ese movimiento político que pretendió encarnar a la ideología alemana y que terminó convirtiéndose en sinónimo de abyección e ignominia. 

Se puede escribir sobre los nazis desde una perspectiva externa, mostrando como fue o como hubiese sido la vida bajo su dominio (algo que han hecho, con mayores o menores excesos, miles de escritores entre los que se me antoja destacar al Peter Weiss de Die Ästhetik des Widerstands y al Heinrich Böll de Billard um halb zehn). Pero también existe la opción de exponer al nazismo desde adentro, lo que implica vestir la piel del mal. 

En Francia quienes han hecho ello de modo rimbombante han sido Robert Merle en La mort est mon métier y Jonathan Littell en Les Bienveillantes (también podría contar aquí a la obra The Portage to San Cristobal of A.H. de George Steiner, ya que el afamado crítico literario era francés de nacimiento y su ficción trata de que Hitler sobrevive a la guerra, es capturado en el exilio y enjuiciado, y luego se autodeclara Mesías de Israel como alegato de defensa). El Premio Renaudot ha sumado a esta biblioteca tan particular un nuevo integrante: La disparition de Josef Mengele de Olivier Guez.

Pero mientras Merle y Littell se meten en la mente de los perversos y producen literatura stalag en un pulcro francés, Guez ha optado por ser ventrílocuo de Josef Mengele, el científico que usó humanos en lugar de ratones y conejos en el laboratorio de experimentación.

Mengele es también uno de los artífices accidentales de otro subgénero literario como es la ciencia ficción nazi, en la que los seguidores de Hitler crean supersoldados, clones de sus líderes o híbridos de humanos con otras especies. Sin embargo Guez se abstiene de explorar esa posibilidad que le otorga la literatura y se limita a tratar de reconstruir la vida del alemán desde su exilio hacia la Argentina hasta su muerte en Brasil.

Se podría pensar que la decisión de no banalizar a un individuo como Mengele abre la posibilidad de un estudio sobre algo relacionado a la pérdida de la humanidad y la culpa, pero no hay nada de ello en La disparition de Josef Mengele. El libro de Guez no es una novela, sino más bien un largo artículo periodístico sobre Mengele en el que hay momentos novelísticos. Los hechos sobre la vida del alemán se suceden uno detrás de otro a un ritmo atolondrado. Algunas cosas están narradas con más detalle que otras, pero el objetivo del autor parece ser únicamente el de recapitular la vida en el exilio del alemán, como si ello fuese algo valioso en si mismo. De ese modo nos enteramos que Mengele estaba a gusto con su vida fuera de Alemania hasta enterarse sobre el rapto de su correligionario Adolf Eichmann​ en Buenos Aires en 1960. A partir de ese momento se siente amenazado, por lo que se ve obligado a cambiar hábitos y hasta incluso mudarse a otro país. 

Como señalé anteriormente, es elogiable que Guez no haya caído en la tentación de fabular un Mengele clonador de jóvenes Hitler o en un Mengele que aborta los hijos que Perón engendra con niñas adolescentes o algo en ese estilo, pero uno espera mayor dramatismo en la historia de un fugitivo. El autor intenta en algún momento mostrar al alemán como preocupado y angustiado, pero le interesa más mencionar los hechos que especular sobre el impacto de ellos en la vida de su personaje. El libro llega a su fin, el lector ha conocido el destino de Mengele en su exilio, pero no hay nada más que ello (o quizás si hay algo más: hay, por algún motivo que no deseo averiguar para no decepcionarme o indignarme más, un Renaudot). 


Guez, Olivier. La disparition de Josef Mengele. París: Grasset. 18,50 €

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