jueves, 10 de junio de 2010

La literatura a la manera de Julia Malye

Durante la década de 1950 el mundo literario francés se vio conmovido por la publicación del primer poemario de Minou Drouet. La calidad del libro no era mucha, pero auguraba que si la autora desarrollaba un poco más su talento, quizás en el futuro lograría firmar una obra no condenada al olvido. Lo curioso es que Drouet, en aquel entonces, era una niña de ocho años, lo que asombró a algunos y escandalizó a otros. Estos últimos organizaron una campaña para desacreditar el trabajo de la pequeña, promoviendo la ejecución de toda clase de pesquisas grafológicas y psicotécnicas para determinar si la autora de sus textos era ella o era en realidad su madre (por la misma época sólo el famoso libro de la neerlandesa Anne Frank tuvo más peritos revisando su autenticidad que el de Drouet).
Julia Malye, quien publica su primera obra literaria, tiene, actualmente, el doble de edad que Drouet, pero más o menos el mismo talento. Escribió y, lo que es más importante aún, publicó una novela que supera las 300 páginas. Lo que habitualmente se espera de una autora de esa edad es que produzca algo así como una ficción sobre los sufrimientos y las ilusiones de la adolescencia femenina, y La fiancée de Tocqueville no defrauda en ese aspecto. Lo particular de la novela es que está ambientada en las primeras décadas del siglo XIX, durante los años del imperio napoleónico y la restauración de la monarquía.
La anécdota desde donde nace la historia es peculiar: casi por casualidad, Malye se entera que una amiga suya es descendiente de una mujer que fue la hija de un importante líder militar del ejército del emperador Napoleón I, y después descubre que ella misma es descendiente de otra mujer que vivió una suerte de romance con Alexis de Tocqueville, el famoso escritor que realizó un profundo estudio sobre el funcionamiento de la democracia norteamericana en el siglo XIX. A partir de allí construye dos personajes basadas en este hallazgo genealógico, Rosalie y Hortense, a las que ubica en aquel periodo y las hace vivir sus aventuras. El libro apunta a capturar el interés de cierto segmento determinado del mercado, y se asemeja por momentos a la película Marie Antoniette (2006) de Sophia Coppola, película que debería de haber apuntado a capturar mejor cierto segmento determinado del mercado.
En una entrevista la joven Malye sostiene que envió el manuscrito a unas 25 editoriales, hasta que finalmente una decidió asumir el riesgo y publicar y publicitar su ópera prima, pero exigiéndole que realice severas correcciones, lo que finalmente hizo. Además de sus ganas de escuchar a los editores y aprender el oficio de escritora, Malye tiene otros méritos independientes de su capacidad autoral, pero que han contribuido para que el libro sea publicado (en lugar de ser autopublicado) y haya recibido atención por parte de la prensa importante de París: ella es hija de François Malye –un historiador especializado en la época de Napoleón Bonaparte y periodista de la revista Le Point–, y asiste al famoso colegio Henri-IV –uno de los más prestigiosos de Francia, al que asistieron, entre muchos otros, gente como Michel Foucault, Jean-Paul Sartre y Jacques Maritain.
Muchos dicen que si Malye hubiese firmado exactamente el mismo libro que firma ahora pero siendo la hija de un camionero y una estudiante en un colegio de provincia, no hubiese conseguido esta entrada en este blog. Y lo más probable es que ello sea cierto.

* Malye, Julia. La fiancée de Tocqueville. Balland, París, 2010, 18,90

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