sábado, 10 de julio de 2010

La educación francesa

En una época como la nuestra, en donde la presencia en la música gala del franglais que atemorizaba a Edgar Morin y René Étiemble ha cedido paso directamente al inglés (v. gr. Phoenix, Jamaica, John & Jehn, etc.), resulta gratificante encontrar a alguien como Arnaud Fleurent-Didier.

Fleurent-Didier flota entre medio de la escena bien hexagonal de la chanson française y del mundo internacionalizado del indie rock, pero no pertenece estrictamente a ninguno de los dos. Su último disco, La Reproduction, es el primero que cuenta con respaldo de una compañía multinacional (Sony), pero ello no significa que se haya distanciado demasiado de lo que venía haciendo en el campo de la música.

Las canciones de La Reproduction presumen un interesante grupo de influencias: los momentos pop de Serge Gainsbourg, la sensibilidad musical de Michel Polnareff, las extravagancias de Gérard Manset, la sinceridad lírica de Pierre Vassiliu, la vivacidad sonora del primer Tahiti 80, el equilibrio melódico del último Air, la confianza artística de Benjamin Biolay. La obra, puede afirmarse, es conceptual. Fleurent-Didier se ocupa de que La Reproduction sea una suerte de retrato generacional, que refleje especialmente a los treintañeros “bobos” parisinos, o a la gente cercana a esa esfera (que, actualmente, es mucha en Francia).

El disco se abre con “France Culture”, una canción de diversas texturas sonoras cuya letra es un inventario de tópicos culturales que Fleurent-Didier les reprocha a sus padres –y a todos los miembros de la generación setentista– por no haberlos naturalizado como eje de la pedagogía nacional. Es decir Fleurent-Didier interpreta a todas las teorizaciones progresistas de los últimos cuarenta años como un conjunto de conocimientos con una gran potencia transformadora, que sin embargo no han sido considerados seriamente fuera de los límites de los discursos de la intelligentsia del país, por lo que el mundo contemporáneo vive sumergido en la crisis.

Por sus regaños hacia el sesentyochismo, a Arnaud Fleurent-Didier se lo ha considerado una especie de Michel Houellebecq de la música. No obstante Fleurent-Didier no arremete con furia ni con ironía contra ese grupo, sino que más bien lo hace con algo de enfado pero también con cierta indulgencia: al contrario de Houellebecq, el cantante no condena la existencia misma de los sesentyochistas, sino que sólo les critica su paulatina renuncia a todo lo que encarnaban.

Las demás piezas del álbum son más intimistas, personales, autofictivas y biográficas, y todas giran en torno al desencanto de asumirse adulto. “L’origine du monde” se desenvuelve en un tono sombrío pero no ajeno a la belleza, similar al de “Imbécile heureux”. “Mémé 68” representa una sincera interrogación sobre los artífices del Mayo del 68 (y constituye un díptico junto a “France Culture”). “Pépé 44” es melancólica, e incluye un piano inolvidable.   

Lo maravilloso de La Reproduction es que, gracias a la tecnología moderna, toda la obra está realizada con computadoras y grabada digitalmente. Ello permite comprobar el talento y la versatilidad de Fleurent-Didier como musicalizador (que aspira a ser un Ennio Morricone, un John Barry o un Sergei Rajmáninov es su versión 2.0), pero convierte a las presentaciones en vivo en una experiencia completamente distinta a la del disco, puesto que las limitaciones técnicas son infranqueables. Aún así, ya sea grabado o en vivo, se puede observar el compromiso de este artista para mezclar música y poesía con la naturalidad que, según él, lo hacen los cantantes brasileños a quienes infinitamente admira, y a quienes aparentemente pretende emular, pero, claro, cantando en francés.

Video oficial de "France Culture":

0 comentarios:

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails